Marianita y la Luna

Esta página está dedicada al reportaje del proceso de creación y configuración de la historia de Marianita y la Luna, el mago Jacobo y su castillo mágico transportado al alba por Elías, el álbatros. No se nos puede quedar por fuera Quasimodo, el dragón por el que todo este cuento empieza, dado que su ausencia lleva a Marianita y al mago Jacobo a buscarlo por los diferentes lugares de la luna.

Marianita era una niña muy bonita, pero nadie lo sabía, tampoco ella.


Quasimodo, por su parte...

Dragón: Quasimodo. Es un dragón muy elegante pero muy glotón, su plato favorito es spaghetti con salsa napolitana y albahaca. Todos los días se arregla el bigote y se peina las escamas para que al volar bajo la luna los diferentes colores de su piel resalten en la oscuridad. Es muy quisquilloso con los olores y odia el olor a mandarina, ama el olor de la lluvia.
Es el dragón que trae y se lleva la lluvia. Le gusta flotar en su lago favorito cuando termina el trabajo, y contemplar la lluvia al revés cayendo. Prefiere el bosque y la montaña sobre la selva y la playa. Los jardines de las casas son su debilidad y si se despista amanece en uno. Su esposa lo regaña.

Ella es una mariposa que se llama Carmenzita la preciosa, y es tan preciosa como adorable y cálida. Ama leer en sus tardes libres y sueña con ser la princesa que siempre ha creído ser. Le prepara follaje de bosque de ensalada y spaghetti al pomodoro y albahaca, de beber le guarda rocío de la mañana endulzado con albores, los primero destellos de luz azul. Se conocieron en un jardín una mañana que Quasimodo despertó en la puerta de la casa de Carmenzita y ella le ofreció desayuno. Sus pequeños hijos son dragonflies.


Por otro lado tenemos a el mago Jacobo en su castillo, que por lo general está ubicado en la luna, pero tiene la posibilidad de viajar en las noches a la tierra y visitar, en este caso, a Marianita.

La condición que debe tener siempre en mente cada vez que planea un viaje es que al alba debe regresar a la luna. Su medio de transporte es un albatros lunar, se llama Jacques y su acento francés sólo lo hace más encantador y más cascarrabias con el loquito de Jacobo. En realidad es Jacques el que se encarga de cumplir las condiciones de vuelo, mientras Jacobo busca el sombrero o se despide de Marianita. Al volar a la tierra el castillo mágico se vuelve invisible y Jacobo sólo un trazo de tinta negra.

En este momento estamos en construcción de un estanque con nenúfares y un sapo que juega cartas con una libélula. Aún no tenemos noticia de cuál es su función en la historia pero los mantendremos informados.